Cristianos Escuchando Música "Secular"; Una Segunda Opinión al Respecto
En el año 2003 el gran salmista Marco Barrientos compartió en un artículo sus pensamientos sobre el tema de los cristianos escuchando la música no cristiana. Vo vivía en Venezuela durante esa etapa, y cuando yo tocaba la guitarra o la batería de vez en cuando en la banda de Marco, yo utilizaba mi trayectoria musical entero, la cuál incluye mucho más que la influencia de la música 'cristiana'. Lo siguente es mi respuesta, la cuál incluye varias referencias extremadamente fuera de modo. Les pido disculpas al respeto, más su paciencia con mi español gringito.
En su artículo, Barrientos sugiere tres motivos por los cuales se escucha la música no cristiana: (a) Porque me hace sentir bien, (b) Porque mis amigos la escuchan, y quiero estar como ellos, y (c) Para rebelarme contra los deseos de mis padres. No niego que estos tres factores pueden ser razones para escuchar cualquier música, pero el hecho de tratar de categorizar los motivos de escuchar cualquiera música así, de esa manera, nos podría poner en el peligro de juzgar a otros cuyas razones pueden estar más allá de estos tres.
¿Habrá una escritura que sugiera que la música debe ser desagradable? Si disfruto yo de las guitarras de Eddie Van Halen o de Eric Clapton, o de la trompeta de Miles Davis, reconociendo los dones estupendos que Dios les ha dado, ¿tiene que ser algo religioso? Si soy baterista, ¿debo ignorar los grandes tales como Phil Collins o Ringo, y escuchar solamente Álvaro López y Randall González? El gran baterista Vinnie Coliuta se convirtió hace pocos años, y toca ya en proyectos de Marcos Witt, Crystal Lewis y Ron Kenoly. ¿Por eso no importa ya su trabajo con Sting, con Celine Dion, con Jewel, con Frank Zappa (quien lo descubrió)? ¿Estará Dios llamándonos a este tipo de compartimentalización?
No tendríamos la música bien hecha (tal como se encuentra en tu librería cristiana preferida) si no fuera hecha por músicos profesionales. Para llegar a su nivel de pericia, casi todos estudiaron. Estudiaron la música coral. La música clásica. La música típica. La música terapéutica. (Cuando David tocó el arpa para ministrar al rey Saúl, no hay indicación ningún de que fuera música específicamente religiosa.) Y sí, directamente o indirectamente, la música popular.
Hoy en día tenemos -- siendo quizás la primera vez en la historia de la iglesia -- el lujo de poder disfrutar de cualquier estilo de música (Reggae, Salsa, Alternativa, Tecno, etc.) sin tener que buscarlos fuera de la librería cristiana. ¿Ya podremos por fin cerrarnos en la burbuja cristiana? ¿Qué pasa cuando venga el próximo movimiento musical? ¿Quién sale de la burbuja para recogerlo, para que no me contamine? ¿Mi baterista?
Bueno, ¿dónde marcamos la frontera? ¿Qué será lo que se permita que otros cristianos escuchen de la música "secular" y hagan el papel de "filtros espirituales," brindándonos los estilos musicales ya purificados y santificados? ¿O vamos a tomar la actitud que me compartió en una oportunidad Jaime Murrell? Él declaró que sí, escucha la música no cristiana, pero no para hacerle sentir bien. Jaime la escucha para aprender, así reconociendo el hecho de que no podemos vivir en un vacío cultural.
El cristiano maduro, especialmente el salmista, debe poder escuchar cualquier estilo válido de música (Jazz, Salsa, Rock, clásica, etc.) de manera responsable. La música no es un idioma universal. Sino, la música tiene varios idiomas entendidos por diversos pueblos. Siendo misionero, tuve que aprender algo de español para poder comunicarme con el pueblo latino. Si quieres compartir el evangelio con un fanático del Vallenato, mejor que aprendas el vocabulario de ese idioma musical; y si tratas de hacerlo escuchando puros vallenatos cristianos, fallarás mucho.
De hecho, los cristianos sí debemos ser los de la vanguardia, punta de lanza, influyendo la música en general más que estar influidos. Y sí, por la gracia de Dios, lo hacemos de nuevo, como en los tiempos del creyente J.S. Bach. Un bajista cristiano en Los Angeles -- quien no voy a mencionar, porque el tipo es demasiado humilde -- ha sido responsable de llevar el evangelio a muchísimos músicos en esa ciudad. ¿Y cómo lo hizo? Vale, es que él no tiene miedo de tocar y grabar con Michael Jackson, con Elton John, con Luis Miguel, donde se encuentran los músicos que necesitan las palabras de vida eterna. (La próxima vez que escuches el nuevo proyecto de Marcos Witt y estés disfrutando de los ritmos de Vinnie Coliuta, puedes dar gracias a Dios por los músicos cristianos que lo evangelizaron. En los estudios de Hollywood. Fuera de la iglesia.)
Mientras tanto, no hay valor en el autoengaño. El gran jazzista norteamericano (y cristiano) Duke Ellington siempre insistió que hay dos tipos de música: buena y mala. He escuchado "música" cristiana en las calles de Caracas que me produjo vergüenza de ser evangélico, y música hecha por no creyentes que me ha llevado a la presencia de Dios. Establecer reglas fijas y rígidas ("No escucharás ninguna música secular [a menos que no te guste]") es caer en el peligroso error de los fariseos (Colosenses 2:20-23).
Hace casi veinte años ya, cuando estuve examinando las afirmaciones del cristianismo, una cosa me asustaba: Era muy común que un nuevo cristiano quemara o destruyera toda su música secular como una especie de rito o ceremonia. Dios no me hablaba en ese tiempo de que música me gustaba o no, sino trataba con mi corazón al respeto a mis relaciones con otra gente, mis vicios (las drogas, los cigarrillos), etc. Sin embargo, la impresión que difundieron muchos cristianos fue la de una religión de reglas y prohibiciones.
Afortunadamente para mí, Dios trajo a mi vida un pastor universitario que tuvo un buen equilibrio. Él fue (y e s) uno de los mejores cristianos que he conocido en toda mi vida, y también le gustó la música de los Beatles. A través de su ejemplo, pude ver a los Beatles como una influencia creativa en vez de una influencia de estilo de vida.
Unos pocos años después Dios me mandó destruir mi colección completa de la música del grupo Steely Dan. No fue asunto de "sagrado contra secular," sino fue un asunto de idolatría: No pude disfrutar de otra música menos sofisticada. Un año después, vi, en una discotienda una colección usada de los éxitos del mismo grupo. "¿Puedo, Señor?" pregunté. "Adelante," me respondió El Padre. "Ya no te es un ídolo." Habiendo dejado que Dios tratara conmigo por la parte más profunda, ya puedo disfrutar de la música de Steely Dan sin enredarme en idolatría. Y aprendí algo de valor: El cristianismo no es un montón de reglas, sino es una relación con un Padre amoroso. El mundo no puede entender esto hasta que lo vivimos nosotros.
Necesitamos la cosmovisión bíblica, no la cultural formada por nuestros prejuicios. Cristo mencionó que cuando el hermano mayor del hijo pródigo se acercó a la casa de su padre, que "oyó la sinfonía y las danzas" (Lucas 15: 25). ¿Creemos de verdad que la música fue música religiosa? ¿"Ya Pertenezco a Cristo"? (¡Opino yo que debía ser el equivalente judío de "La Bamba"!) Los salmos tienen ejemplos específicos de melodías no religiosas para cantar los textos ("Los Lirios," "La Muerte del Hijo," "No Destruyas," "La Cierva de la Aurora," etc.)
¿Seremos nosotros más píos que los escritores de la Biblia? Músicos internacionalmente respetados tales como Juan Luis Guerra, Richie Ray, y Bobby Cruz sirven al Señor con todo el corazón, tienen impacto impresionante entre los no creyentes, pero siguen cantando acerca de que llueva café en el campo y que agúzate, que te están velando. Entonces cantan ellos de Cristo, y, habiendo establecido sus credenciales musicales, tienen la atención completa de sus audiencias. ¿Serás tú el primero que lance la piedra? ¿Qué diría Cristo en cuanto a este debate? ¿Honestamente piensas que Él se pondría de parte de los hacedores de reglas?
Por favor, deseo que me entiendan. Hay música destructiva, nociva, malvada. La basura lanzada por "artistas" como Marilyn Manson, Eminem, y el Bloodhound Gang probablemente tiene efectos negativos aunque un joven latino no entienda la letra. Pero necesitamos discernimiento, no reglas. En inglés tenemos un dicho, "Que no botes el bebé al botar el agua del baño."
Si hacemos una frontera fija entre lo "sagrado" y lo "secular," tendremos que ser consistentes, ¿no? No ver películas no cristianas. No ver programas de televisión no cristianos. No leer periódicos ni libros no cristianos. "Pero," me dirás, "Barrientos decía que es la música la que nos llega directamente al corazón." Y sí, así lo hace (especialmente si está bien hecha.) ¿Pero no te pueden llegar igualmente al corazón mensajes de libros, películas, y otras fuentes no musicales? ¿Nunca has visto una película que te hizo llorar, ni leído un libro que te hizo reír?
Discernimiento. No reglas. La ley es para los inmaduros e insensatos. Cristo nos liberó para ser libres. No imprudentes, sino sabios. Dios nos está llamando más allá de las disputas y los argumentos. No les exijo que nadie esté de acuerdo conmigo. No digo que no hay música para que uno se puede asociar con un pasado sin Cristo, ni que no importa que música escuche una persona. No condeno a nadie que solamente escucha música cristiana. Pablo es muy claro al respeto de los de niveles diferentes de fuerza y fe (I Corintios 8:1-3), y también hay cristianos maduros cuyas preferencias no incluyen la música no evangélica. Pero ellos (los pastores y líderes) deben andar en el Espíritu en cuanto a los que Dios les ha entregado para discipular.
Las leyes y reglas de los hombres pueden tener efectos contrarios a los deseados, siendo piedras de tropiezo y produciendo rebelión donde no debe haber. Mientras tanto, si uno no puede escuchar *NSync o Ricky Martin sin que le produzca pensamientos o hechos pecaminosos, pues, debe dejar de escucharlos. Pero si lo puedes hacer sin problemas, podrías tú ser la persona indicada para compartir el evangelio con un fanático de *NSync, hablando de ellos de manera bien informada, inteligente, y con perspicacia espiritual.
El mundo se muere por falta de Cristo, no por falta de reglas. Que brindemos a Cristo al mundo, no siendo nosotros del mundo, sino estando en el mundo (I Corintios 5:10) para que la gente sepa que el cristiano no es esclavo, sino que es alguien que sí ha sido liberado.
Blake Simpson es el director de Juventud Con Una Misión en Mérida, Venezuela. Sus canciones han sido grabadas por Danilo Montero y Jaime Murrell, y ha grabado o tocado en vivo con Alex Acuña, Twila Paris, Justo Almario, Abraham Laboriel, y Scott Wesley Brown, entre otros. Junto a su esposa, Carmen, ha ministrado a través de la música en Latinoamérica desde 1989.